Oh San Patricio, apóstol de Irlanda y heraldo de la fe cristiana, nos dirigimos a ti con humildad y fervor en esta oración. Tú, que llevaste la luz del Evangelio hasta los confines de la Isla Verde, escucha nuestras súplicas e intercede por nosotros ante Dios, nuestro Padre celestial.

San Patricio, apóstol de Irlanda y heraldo de la fe cristiana.

San Patricio, tú que superaste las pruebas de la esclavitud y el exilio, tú conoces mejor que nadie los tormentos del alma humana y las luchas interiores a las que nos enfrentamos. Ayúdanos, oh patrono, a encontrar la fuerza y el valor para afrontar los retos de la vida, y a perseverar en la fe incluso en medio de las tormentas más tumultuosas.

Tú que recorriste con confianza los escarpados caminos de Irlanda, llevando la cruz de Cristo y predicando la buena nueva de la salvación, enséñanos a seguir tu ejemplo de devoción y obediencia a la voluntad de Dios. Que nuestros corazones se llenen del amor y la compasión de Dios por nuestros hermanos y hermanas, y que seamos testigos vivos del Evangelio en un mundo sediento de verdad y de luz.

San Patricio, tú que expulsaste las tinieblas del paganismo y de la idolatría con el poder de la oración y de la predicación, intercede por nosotros ante Dios para que seamos liberados de todo lo que nos mantiene cautivos del pecado y del error. Concédenos la gracia de la conversión y de la renovación interior, para que caminemos por los senderos de la santidad y de la justicia.

Tú que plantaste las semillas de la fe cristiana en la tierra fértil de Irlanda, haz que crezcan en nosotros los frutos del Espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo del poder transformador del Evangelio, y que seamos instrumentos de la gracia divina en el mundo que nos rodea.

San Patricio, tú que venciste a las fuerzas del mal y de la opresión con la fuerza de tu fe y confianza en Dios, protégenos de todo peligro y adversidad. Guárdanos bajo tu manto protector y condúcenos por el camino de la vida eterna, donde un día podremos reunirnos contigo en la gloria del cielo para cantar eternamente las alabanzas del Señor.

Oh San Patricio, te confiamos nuestras oraciones y súplicas, con la certeza de que intercedes por nosotros ante Dios. Concédenos las gracias necesarias para vivir en fidelidad y santidad, y guíanos por el camino de la vida eterna. Amén.