Esta oración se dirige a la Virgen María, buscando su intercesión para la curación, a la vez que se encuentra consuelo en su ternura maternal.
O Santísima Virgen María, Madre llena de gracia,
Tú que te apareciste a Bernadette en la gruta de Massabielle,
Me acerco humildemente a Ti, con confianza y esperanza,
Para pedirte tu maternal intercesión y tu protección.
Tú eres el Consolador de los afligidos y el sanador de los corazones rotos,
Vuelve hacia mí Tu mirada misericordiosa,
Y pon Tu mano suave y bondadosa sobre mis sufrimientos,
Ya sean físicos, mentales o espirituales.
O Nuestra Señora de Lourdes,
A través del agua pura de Tu manantial, Te pido que me purifiques,
Que alivies mis dolores y me guíes hacia la curación,
Si esta es la voluntad de Dios.
Si la curación no puede llegar, concédeme fortaleza y paz,
Para aceptar mi cruz con amor y serenidad.
Tú que eres la esperanza de los enfermos,
Te confío mis penas, mis dolores y mis preocupaciones.
Intercede con tu Hijo, Jesús, para que reciba la gracia,
Para recobrar la salud o encontrar la paz en mi prueba.
O María, refugio de los corazones cansados,
Dame la fuerza y el valor para continuar mi camino,
Apóyame en mis momentos de debilidad,
Y envuélveme en Tu ternura maternal.
Te confío mi vida, Santa Madre,
Con la certeza de que Tu oración me acompañará y de que Tu luz,
Resplandecerá siempre para guiarme en el amor de Cristo.
Amén.