Oh San Expedito, el santo de la urgencia, el amigo de los afligidos, nos dirigimos a ti con gran fe y devoción. Tú, que respondiste con prontitud a la llamada de Dios y abrazaste ardientemente la fe cristiana, te confiamos nuestras apremiantes necesidades y nuestras oraciones más urgentes.

San Expedito, amigo de la urgencia, nos dirigimos a ti con gran fe y devoción.

O San Expedito, que diste testimonio de Cristo con celo inquebrantable, te pedimos que nos ayudes a responder con entusiasmo a la llamada de Dios en nuestras vidas. Concédenos la gracia de ser testigos vivos de la fe cristiana, dispuestos a proclamar el Evangelio con valentía y entusiasmo.

O San Expedito, tú que soportaste la persecución y el sufrimiento por tu adhesión a Jesucristo, intercede por todos los que son perseguidos por su fe. Concédeles fortaleza y perseverancia, y que sus verdugos conozcan la conversión y la misericordia.

San Expedito, tú que fuiste coronado de gloria por tu fidelidad a Dios, te pedimos que intercedas por nosotros en nuestras necesidades actuales, especialmente [menciona aquí tus intenciones personales y urgentes]. Sabemos que eres el santo de la urgencia, y confiamos en tu poder de intercesión.

O San Expedito, tú que encontraste la paz y la alegría en Dios a pesar de las dificultades de la vida, ayúdanos a atravesar nuestras propias pruebas con fe inquebrantable. Concédenos la gracia de conocer la paz interior, incluso en medio de las tormentas de la vida.

San Expedito, te damos gracias por tu ejemplo de santidad y por tu intercesión en nuestras apremiantes necesidades. Que tu oración nos obtenga las gracias que necesitamos y que nuestra fe en Cristo siga creciendo.

En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, te lo pedimos. Amén.

San Expedit, ruega por nosotros.