San Expedito, ilustre mártir de la fe, modelo de prontitud y firmeza en la conversión, me presento humildemente ante ti, implorando tu poderosa intercesión en las situaciones urgentes que jalonan mi vida. Tú, que has comprendido el valor de cada instante en la búsqueda de la gracia divina, presta oído a mi oración y presenta mis súplicas ante el trono del Todopoderoso.
San Expedito, con tu rápida conversión y tu inequívoco rechazo de las tentaciones diabólicas, enséñame el valor de la prontitud en la respuesta a la llamada de Dios. Que yo, como tu valentía, abandone toda dilación espiritual y responda con celo al amor misericordioso de nuestro Señor.
O Santo Expedit, tú que renunciaste a una vida mundana para seguir a Jesucristo, intercede por mí para que desprenda mi corazón de las preocupaciones temporales y me dedique plenamente a buscar el reino de Dios. Que cada elección que haga esté alineada con la voluntad de Dios, y que pueda dar testimonio de la grandeza de Dios en mi vida.
San Expedito, tú que resististe con valentía la tentación, ayúdame a superar las insidias del maligno que trata de impedir mi crecimiento espiritual. Que tu victoria sobre la tentación sea un ejemplo vivo del poder de la fe y la determinación en la vida del creyente.
Con tu martirio, oh san Expedito, sellaste tu amor a Cristo, eligiendo la vida eterna por encima de la vida terrenal. Por favor, guíame por el camino de la fidelidad total a Dios, incluso en tiempos de dificultad y persecución. Que pueda permanecer firme en mi fe, consciente de que la recompensa celestial supera con creces las pruebas de esta vida.
San Expedito, tú que te convertiste en un celoso apóstol después de tu conversión, inspírame un ardiente amor por la misión evangélica. Que yo pueda ser un instrumento de la luz divina, compartiendo la verdad de Cristo con los que vagan en las tinieblas de la ignorancia espiritual.
En esta hora de oración, san Expedito, te confío las necesidades apremiantes que pesan sobre mi corazón (menciona aquí tus intenciones particulares). Que tu pronta intercesión obtenga del Señor la gracia y la misericordia necesarias para responder a estas necesidades según su divina voluntad.
San Expedito, tú que eres proclamado patrono de las causas urgentes, me abandono confiadamente en tus poderosas manos. Que tu prontitud para socorrer a quienes imploran tu ayuda se manifieste en mi vida, y que yo, por tu oración, experimente las maravillas de la gracia divina.
En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, concluyo esta oración, confiando en que presentarás con celo mis súplicas ante el trono de Dios. Amén.