O glorioso San Miguel Arcángel,
Príncipe de las huestes celestiales, poderoso defensor de los hijos de Dios,
Acudimos a ti en este día, llenos de fe y confianza, para pedir tu protección.
Tú que has sido elegido por Dios para ser el guardián y protector contra las fuerzas del mal,
Te imploramos humildemente que nos defiendas en la batalla espiritual que libramos cada día.
Tú que has sido elegido por Dios para ser el guardián y protector contra las fuerzas del mal,
Te imploramos humildemente que nos defiendas en la batalla espiritual que libramos cada día.
San Miguel, tú que venciste al dragón infernal,
Tú que, con tu luz y tu espada, devolviste a los espíritus malignos al abismo,
Te pedimos que nos protejas de las tentaciones, las dudas y los temores que tratan de apartarnos de la luz divina.
Sé nuestro escudo contra todas las asechanzas del Maligno, y concédenos la fuerza para mantenernos firmes en la fe, incluso ante las pruebas.
O santo Miguel, jefe de las legiones celestiales,
Vela por nuestras almas y cuerpos, aleja de nosotros a los espíritus malignos que buscan dañarnos.
Por el poder que Dios te ha dado, encadena a Satanás y a sus demonios, y apártalos de nosotros,
Que sus maquinaciones queden en nada, y que tu presencia sea para nosotros un refugio de paz y seguridad.
Te confiamos, oh Arcángel de la Luz,
Nuestras familias, amigos, seres queridos y todos los que sufren, para que sean protegidos bajo tus alas.
Sé un baluarte contra los peligros físicos y espirituales,
Y concédenos la sabiduría para reconocer las tentaciones y la fuerza para repelerlas mediante la oración y la fe.
O santo Miguel, que velas por la Iglesia y el pueblo de Dios,
Te pedimos que protejas nuestras comunidades, nuestros hogares y nuestros corazones.
Que tu luz brille en la oscuridad y que tu espada de justicia sea un recordatorio constante de la victoria de Dios sobre el mal.
Guíanos en nuestras decisiones, ayúdanos a caminar siempre en la verdad y a no apartarnos nunca del camino de la rectitud.
San Miguel, glorioso Arcángel,
Tú que intercedes ante el trono de Dios,
pídele al Señor que nos conceda su misericordia y nos envuelva en su amor.
Ruega por nosotros, para que seamos siempre fieles a nuestra misión en esta tierra, y para que un día podamos unirnos al gran ejército del cielo, para alabar a Dios eternamente.
Te damos gracias, San Miguel, por tu protección constante,
Por tu fuerza, tu luz y tu valor que compartes con nosotros.
Siempre a nuestro lado, ahora y en la hora de nuestro paso a la eternidad.
O Arcángel de Dios,
Protégenos en nuestro sueño, guárdanos en nuestros viajes, y sé nuestro guía a lo largo de nuestras vidas.
Por tu oración, que seamos fortalecidos en nuestra fe, llenos de la paz del Señor,
Y salvados de las trampas del enemigo.
Te rogamos con confianza, oh San Miguel Arcángel,
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Esta oración invoca a San Miguel Arcángel como defensor contra las fuerzas del mal, protector de las almas y guía espiritual. Está pensada para pedir a San Miguel que vele por los que rezan, así como por sus seres queridos, a fin de obtener la fuerza necesaria para permanecer firmes en la fe y repeler las tentaciones y los peligros espirituales.
Amén.