La oración de Santa Rita se asocia a menudo con las causas desesperadas debido a su fama de santa de las causas imposibles y a sus numerosos milagros. He aquí la oración de Santa Rita para causas desesperadas:
O Santa Rita, abogada de las causas desesperadas, santa de los imposibles, recurso para los casos desesperados, ruega por mí. Oh Santa Rita, tú que has sido tan favorecida por la gracia de Nuestro Señor, ruega por mí, para que obtenga lo que desea mi corazón (expresa aquí tu petición). Muéstrame tu poder y ayúdame en mi gran angustia.
O Santa Rita, modelo perfecto de esposa, madre y viuda cristiana, ruega por mí. Aceptaste con amor el sufrimiento y el abandono, y mostraste cómo, con la ayuda de Dios, podemos superar las pruebas más difíciles de la vida.
O Santa Rita, santa de las causas desesperadas, imploro tu ayuda con fe inquebrantable. Sé mi intercesora ante Dios Padre, y ayúdame a superar los obstáculos que parecen insuperables. Muéstrame el camino de la esperanza y de la paz. Amén."
Esta oración la recitan a menudo quienes acuden a Santa Rita para que interceda en situaciones desesperadas. La devoción a Santa Rita está profundamente arraigada en la fe católica, y muchos creyentes le piden ayuda en momentos de angustia y desesperación.
Primer día:
Señor, Dios todopoderoso, acudo a ti con el corazón afligido y desesperado. Tú eres la fuente de toda gracia y esperanza. Por favor, concédeme tu misericordia en este momento difícil de mi vida. Por favor, escucha mi oración y ven a rescatarme. Me entrego a tu divina providencia, sabiendo que nada es imposible para ti. Amén.
Día dos:
Oh Dios, por favor, dame la fuerza para perseverar en mi fe, incluso cuando las circunstancias parezcan desesperadas. Concédeme el valor de afrontar las pruebas con confianza, sabiendo que estás a mi lado, incluso en los momentos más oscuros. Confío en ti, Señor, y confío en tu voluntad. Amén.
Tercer día:
Señor Jesús, que dijiste: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo aliviaré vuestra carga", me dirijo a ti en mi angustia. Pongo mi causa desesperada en tus manos, sabiendo que eres la fuente de todo consuelo y ayuda. Ven en mi ayuda, Señor, y tráeme la paz. Amén.
Cuarto día:
Padre Celestial, por favor concédeme la sabiduría para comprender tu voluntad en mi desesperada situación. Dame la claridad mental para tomar las decisiones correctas y la fe para aceptar tu plan divino, aunque no lo entienda. Me rindo a ti, Señor, con plena confianza. Amén.
Quinto día:
San Judas, apóstol y pariente de Jesús, patrono de las causas perdidas, me dirijo a ti con fe sincera. Por favor, intercede por mí y reza por mí, para que encuentre la gracia y la misericordia de Dios en mi difícil situación. San Judas, te doy gracias por tu intercesión. Amén.
Sexto día:
Dios compasivo, te suplico que me concedas la paz interior en este momento de desesperación. Ayúdame a superar la tristeza, la angustia y la duda, y llena mi corazón de confianza en tu providencia. Me abandono a ti, Señor, y me confío a tu gracia. Amén.
Séptimo día:
Señor Jesús, tú que sanaste a los enfermos, te ruego que cures mi desesperada situación. Trae la curación a mi corazón, mente y alma, y concédeme la fuerza para perseverar en la fe. Que tu luz brille en la oscuridad de mi vida. Amén.
Octavo día:
O Dios, te doy gracias por los signos de tu presencia y tu amor en mi vida, incluso en los momentos difíciles. Sé que no me abandonas. Ayúdame a ver tu mano en acción, incluso en medio de mi angustia, y a seguir depositando mi confianza en ti. Amén.
Noveno día:
Padre Celestial, te confío mi causa desesperada con fe renovada. Sé que nada es imposible para ti. Que se haga tu voluntad, Señor, y que tu gracia me acompañe en todas las circunstancias de mi vida. Me abandono a ti, sabiendo que eres mi roca y mi fortaleza. Amén.