San Rafael, Arcángel de Dios, tú que eres conocido como el Sanador de Dios y protector de los viajeros, nos dirigimos a ti con confianza y devoción.
Primer día:
O San Rafael, Arcángel de Dios, tú que guías y proteges a los viajeros en su viaje, nos dirigimos a ti con confianza. Ayúdanos a atravesar los desafíos de la vida con fe y determinación. Invoca al Señor en nuestro nombre, para que encontremos la fuerza y el valor necesarios para superar los obstáculos que se nos presenten. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Día Dos:
San Rafael, tú que eres conocido como el Sanador de Dios, te pedimos que vengas en nuestra ayuda en nuestros momentos de enfermedad y sufrimiento. Concédenos la curación física, mental y espiritual que necesitamos. Que tu presencia traiga paz y consuelo a nuestros cuerpos y mentes. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Tercer día:
O San Rafael, tú que guías a las almas hacia la luz de Dios, ayúdanos a reconocer y seguir la voluntad divina en nuestras vidas. Ilumina nuestro camino, disipando la oscuridad de la ignorancia y la confusión, para que podamos caminar en la luz de la verdad y el amor. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Cuarto día:
San Rafael, tú que acompañaste a Tobías en su viaje, protégenos de los peligros y pruebas que amenazan nuestro bienestar. Sé nuestro escudo contra el mal y guíanos hacia la seguridad y la paz. Que tu ayuda benévola nos rodee y nos proteja todos los días de nuestra vida. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Quinto día:
O San Rafael, tú que eres el protector de las parejas y las familias, vela por nuestras relaciones y concédenos la gracia de vivir en armonía y amor. Ayúdanos a construir relaciones sólidas y duraderas basadas en la fe, la comprensión y el respeto mutuo. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Sexto día:
San Rafael, ángel del consuelo, lleva tu ternura y tu apoyo a todos los que sufren y están angustiados. Consuélalos en sus momentos de tristeza y desesperación, y recuérdales la presencia amorosa de Dios en sus vidas. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Séptimo día:
O San Rafael, tú que eres el guardián de las almas, ayúdanos en nuestro camino hacia la santidad. Ayúdanos a crecer en la fe, la esperanza y la caridad, y guíanos por el camino de la virtud y la santidad. Que nuestras vidas sean un reflejo del amor y la gracia de Dios. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Octavo día:
San Rafael, tú que eres el mensajero de Dios, ayúdanos a escuchar la voz de Dios en nuestros corazones y a responder a su llamada con generosidad y devoción. Abre nuestros oídos a su palabra y nuestros corazones a su amor, para que vivamos según su divina voluntad. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.
Noveno día:
O San Rafael, te damos gracias por tu intercesión y por las gracias que hemos recibido a través de tu oración durante esta novena. Sigue velando por nosotros, guiándonos y protegiéndonos en todos nuestros esfuerzos. Te confiamos nuestras intenciones más profundas y te pedimos que las lleves ante el trono de Dios. San Rafael, ruega por nosotros. Amén.