Santa María Magdalena, a menudo llamada "la Apóstol de los Apóstoles", es una figura emblemática del Nuevo Testamento, conocida por su profundo amor a Jesucristo y su radical transformación tras su encuentro con el Salvador.
María Magdalena es mencionada en los Evangelios como una de las discípulas más devotas de Jesús. Originaria de Magdala, una ciudad cercana al lago Tiberíades en Galilea, se la describe como una mujer que fue liberada de siete demonios por Jesús, lo que marcó el comienzo de una profunda transformación espiritual en su vida.
Bajo la guía de Jesús, María Magdalena se convirtió en una devota discípula, acompañando a Cristo en sus viajes y participando activamente en su misión evangélica. Está presente junto a la Virgen María y algunas otras mujeres fieles en momentos cruciales de la vida de Cristo, incluida su crucifixión, donde permanece valientemente junto a la Cruz.
Después de la crucifixión y sepultura de Jesús, María Magdalena desempeña un papel central en la historia de la Resurrección. Según los Evangelios, es la primera persona a la que Jesús se aparece después de su Resurrección, encomendándole la misión de anunciar la buena nueva a los discípulos. "Ve a mis hermanos y diles que subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios", le dice (Juan 20:17).
Después de la Resurrección, María Magdalena se convierte en una ardiente evangelista, viajando y predicando la palabra de Dios. A menudo se la representa como una mujer de oración, penitencia y profundo amor por Jesús, símbolo de la posibilidad de conversión, redención y renovación espiritual.
Aunque los detalles de la vida de María Magdalena tras la Resurrección están menos documentados, la tradición cristiana y los textos apócrifos sugieren que continuó viviendo una vida de ascetismo y contemplación, dando testimonio del poder transformador del amor y la misericordia de Dios.
Santa María Magdalena es venerada en muchas tradiciones cristianas como patrona de los pecadores arrepentidos, de los que buscan la conversión y de los contemplativos. Su vida es un poderoso recordatorio del inconmensurable amor de Dios, de la gracia del perdón y de la posibilidad de transformación personal a través de un encuentro personal con Cristo resucitado.
Se conmemora el 22 de julio en el calendario litúrgico católico y es una figura espiritual profundamente amada y respetada por los fieles de todo el mundo.
Santa María Magdalena es la patrona de los pecadores arrepentidos, de los que buscan la conversión y de los contemplativos.