Oh Notre-Dame de París,
Cuna sagrada de la fe y de la historia,
Nos dirigimos a ti en esta hora de dolor y nostalgia.
Tu majestuosa imagen, erigida en el corazón de la ciudad,
Es el testigo mudo de tantas vidas e historias.
En este tiempo de prueba,
Te confiamos la catedral herida,
Testigo de tantas oraciones, alegrías y penas.
Protege este lugar santo, oh Madre tierna y compasiva,
Y guía a quienes trabajan para restaurarla.
Inspíranos a mantener la fe y la esperanza,
A pesar de los desafíos y obstáculos que afrontamos.
Encended en nosotros el espíritu de solidaridad y unidad,
Y unidnos en la oración y la fraternidad.
O Nuestra Señora de París,
Reina de Francia y Madre de la Iglesia,
Intercede por nosotros ante tu amado Hijo,
Y obtén para nosotros la gracia de la resistencia,
La fuerza para reconstruir,
Y la paz en nuestros corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.