Señor Dios,
Fuente de toda vida y alegría,
Vengo hoy ante Ti con el corazón abierto,
Buscando esa profunda alegría que sólo Tu amor puede ofrecer.
Te doy gracias por el don de la vida,
Por las muchas bendiciones que me has concedido,
Y por los momentos en que Tu luz ha iluminado mi camino.
Señor, te pido que renueves en mí la verdadera alegría,
Esa alegría que va más allá de los meros placeres de este mundo,
Y que encuentra sus raíces en Ti.
Ayúdame a comprender que la verdadera alegría no depende de las circunstancias,
Sino que reside en la íntima relación que mantengo contigo,
En la confianza que deposito en tu infinita benevolencia.
Señor Jesús,
Tú, que viniste a este mundo para revelarnos el amor del Padre,
Viviste plenamente la alegría, incluso en medio de las pruebas.
Compartiste momentos de felicidad con tus discípulos,
Llevaste la paz a los corazones atribulados,
Y convertiste las lágrimas de tristeza en lágrimas de alegría.
Enseñame a seguirte por este camino de alegría,
A ver las bendiciones ocultas en cada situación,
Aun cuando las dificultades nublen mi horizonte.
Ayúdame a recordar que, incluso en el sufrimiento,
Tu presencia trae consuelo y paz,
Que la cruz misma es un camino hacia la resurrección y la victoria.
Espíritu Santo, aliento de alegría y vida,
Ven a habitar en mí y haz que esta profunda alegría crezca en mi corazón.
Lléname de tu luz,
Que irradie tu presencia dondequiera que vaya.
Que mi vida se convierta en testigo de tu alegría,
Que mis palabras, gestos y acciones reflejen
Esta alegría interior que viene de Ti.
Cuando me sienta agobiado por las preocupaciones de la vida diaria,
Recuérdame, Espíritu Santo, que Tú eres mi fortaleza y mi refugio,
Que Tú me llevas en los momentos de debilidad,
Y que Tu paz y Tu alegría están siempre a mi alcance,
Si decido confiar en Ti.
Señor, dame alegría en las pequeñas cosas,
Para que pueda maravillarme ante la belleza de la creación,
Ante una sonrisa, una palabra amable, un rayo de sol.
Ayúdame a ver Tu mano en los detalles de la vida cotidiana,
A encontrar alegría en los momentos sencillos de la vida.
Que esté lleno de gratitud por cada bendición,
Que no dé nada por sentado,
Pero que siempre sea consciente de la gracia que me das
Al darme la oportunidad cada día de vivir en Tu amor.
Señor, dame alegría en mis relaciones,
Que sea una fuente de consuelo y paz para los que me rodean.
Ayúdame a llevar la luz de tu alegría a los corazones cansados,
A compartir la bondad y la amabilidad con los que sufren,
A estar atento a las necesidades de los demás,
Y a sembrar amor donde hay dolor.
Cuando me enfrente a desafíos,
Dame la gracia de mantener la fe y la esperanza,
De recordar que Tu alegría es mi fuerza,
Y que, incluso en las tormentas,
Estás ahí para guiarme y protegerme.
María, Madre de la Alegría,
Tú que llevaste en tu seno la alegría del mundo,
Tú que exultaste de gozo ante las maravillas que Dios ha hecho,
Intercede por mí ante tu Hijo amado.
Ayúdame a vivir como Tú con total confianza en la divina providencia,
A encontrar la alegría en el abandono a la voluntad de Dios,
Y a irradiar paz y felicidad a mi alrededor.
Señor, te doy gracias por las alegrías pasadas,
Por los momentos de gracia y felicidad que ya he experimentado.
Te doy gracias por las alegrías venideras,
Por las bendiciones que aún me tienes reservadas.
Ayúdame a ser siempre agradecido,
A no dejarme vencer nunca por el desánimo o la tristeza,
Sino a recordar que Tu presencia es la fuente de toda verdadera alegría.
Señor, dame la alegría de Tu presencia,
Que cada momento de mi vida lo viva en comunión contigo,
Que sienta Tu cercanía,
Y que llene mi corazón de felicidad y paz.
Que esta alegría me lleve en los momentos difíciles,
Que me dé la fuerza para superar los obstáculos,
Y que sea una luz para los que están en la oscuridad.
Señor, hazme testigo de Tu alegría en este mundo,
Para que a través de mí otros descubran la plenitud de Tu paz y Tu amor.
Te alabo, Señor, por la alegría que derramas en mi corazón,
Por la gracia de vivir cada día con una sonrisa y esperanza.
Te ofrezco mi vida, mis pensamientos, mis acciones,
Para que todo en mí se impregne de esta alegría divina,
Y para que, a través de mí, Tu amor sea conocido y compartido.
Amén.