Marie de la Passion, también conocida como Marie Adèle Garnier, fue una monja francesa fundadora de las Hermanas de la Pasión.
Marie Adèle Garnier nació el 22 de junio de 1838 en Grancey-le-Château, Francia. Desde muy joven mostró una profunda devoción religiosa. En 1857 fundó la Congregación de las Hermanas de la Pasión, cuyo carisma se centraba en la meditación de la Pasión de Cristo y en el servicio a los más necesitados.
Marie Adèle Garnier nació el 22 de junio de 1838 en Grancey-le-Château, Francia.
La vida de María de la Pasión está marcada por su compromiso con las obras de misericordia y su profunda espiritualidad centrada en el sufrimiento de Cristo. Dedicó su vida a servir a los pobres, los enfermos y los marginados, inspirando a sus hermanas a seguir el mismo camino de entrega y caridad.
Sus escritos reflejan una profunda reflexión sobre la Pasión de Cristo y cómo puede vivirse contemplativa y cotidianamente. Animaba a sus hermanas a sumergirse en la oración y a buscar la presencia de Dios en medio de sus actividades apostólicas.
María de la Pasión también desempeñó un papel clave en la expansión de su congregación. Las Hermanas de la Pasión establecieron misiones en diversas partes del mundo, atendiendo las necesidades espirituales y materiales de las comunidades a las que servían.
Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 20 de noviembre de 1994, recibiendo el título de "Beata María de la Pasión". La beatificación reconoce su heroísmo cristiano y su excepcional dedicación a la vida religiosa y a las obras de caridad.
La Beata María de la Pasión sigue siendo una figura inspiradora para muchos cristianos, en particular para los que siguen la espiritualidad pasionista. Su vida y su obra siguen tocando el corazón de quienes buscan profundizar en su relación con Dios y vivir una vida de servicio y compasión hacia los demás.
Esta breve introducción a la Beata María de la Pasión puede profundizarse explorando sus escritos, los testimonios de sus contemporáneos y las obras de caridad que son portadoras de su legado espiritual.
La Beata María de la Pasión es una figura que sigue inspirando a muchos cristianos, especialmente a quienes siguen la espiritualidad pasionista.