Este sueño es un pasaje emblemático de la historia de la Natividad, que se encuentra en el Evangelio según San Mateo (1:20-21). José, hombre justo y piadoso, se queda dormido y recibe en sueños la visita de un ángel del Señor. El ángel le dice que no tema tomar a María por esposa, pues el niño que lleva en su vientre procede del Espíritu Santo. También le revela que este niño se llamará Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados.
Este sueño de José, lleno de significados simbólicos y teológicos, es ante todo un acto de revelación divina. José, ante una situación delicada e incomprensible, recibe orientación celestial. El ángel le transmite la certeza de que la concepción milagrosa del niño en el seno de María es divina y que José está llamado a desempeñar un papel esencial en el plan divino de salvación.
Teológicamente, el sueño de José evoca la fidelidad a la voluntad de Dios a pesar de circunstancias aparentemente contrarias. Simboliza la confianza y la fe inquebrantable en los designios divinos. José, modelo de virtud y obediencia, acepta la misión que se le confía de cuidar de María y del niño por nacer.
En el plano narrativo, el sueño de José marca un giro decisivo en la historia de la salvación. Asegura la protección de María y del niño Jesús, garantizando así el cumplimiento de las profecías mesiánicas. José se convierte en un padre adoptivo y protector, desempeñando un papel central en la vida de Jesús, transmitiéndole el linaje davídico y supervisando su educación terrenal.
Este sueño, rico en simbolismo, también subraya la importancia de la paternidad espiritual. José se convierte en un poderoso ejemplo de responsabilidad, dedicación y amor para Jesús. Ofrece un modelo de padre amoroso que, a pesar de los desafíos y misterios que le rodean, elige obedecer la voluntad de Dios.
El sueño de José resuena más allá del contexto bíblico, ofreciendo una enseñanza intemporal sobre la confianza en Dios, la disposición a seguir su voluntad y la paternidad espiritual. Nos recuerda que, incluso en tiempos de incertidumbre, la guía divina está ahí para iluminar nuestro camino, y que la fe y la obediencia pueden conducirnos a logros extraordinarios en el plan divino.
El sueño de José resuena más allá del contexto bíblico.