Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Rosario, Madre de gracia y misericordia, nos dirigimos a ti con confianza en este momento de oración. Tú que eres Reina del Cielo y Reina del Santo Rosario, te suplicamos que dirijas tu mirada maternal hacia nosotros, tus hijos, e intercedas por nosotros ante tu Hijo amado, Jesucristo.
Madre de la gracia y de la misericordia.
OH María, que fuiste elegida por Dios para llevar en tu seno al Verbo encarnado, te pedimos que nos ayudes a meditar los misterios de la vida de tu Hijo Jesús mediante el rezo del Rosario. Concédenos la gracia de contemplar estos misterios con un corazón humilde y abierto, para que podamos comprender y vivir mejor la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Te confiamos nuestras alegrías y tristezas, nuestras esperanzas y temores, sabiendo que siempre estás presente para escucharnos y consolarnos. Oh María, Madre compasiva, sé nuestro refugio en los momentos difíciles y nuestra guía en el camino de la fe.
Te pedimos también que reces por el mundo entero, especialmente por los que sufren, los necesitados y los alejados de Dios. Obtén para ellos la gracia de la conversión y de la paz, y ayúdanos a ser instrumentos de tu amor y de tu misericordia en el mundo.
Santa María, Madre de Dios, te confiamos nuestras intenciones particulares (menciona aquí tus intenciones particulares). Te pedimos que intercedas por nosotros ante tu amado Hijo, para que nuestras oraciones sean escuchadas según su santa voluntad.
Por último, oh Nuestra Señora del Rosario, te damos gracias por tu constante amor maternal y tu poderosa intercesión. Sigue velando por nosotros y guiándonos por el camino de la santidad, hasta que podamos reunirnos contigo y con tu Hijo en la gloria eterna del cielo. Amén.