O glorioso San Jorge, valiente soldado de Cristo, te enfrentaste valientemente al dragón y a los poderes del mal para defender la verdad y la fe cristiana. Tu fuerza, tu valentía y tu fe inquebrantable son un ejemplo para todos nosotros.
San Jorge, intercede por nosotros ante Dios, para que tengamos el valor de superar nuestros propios desafíos y permanezcamos firmes en nuestra fe, incluso ante la adversidad. Protégenos de los peligros físicos y espirituales que amenazan nuestro bienestar.
Ayúdanos a combatir el mal con fuerza y determinación, a seguir el ejemplo de Cristo en nuestra vida cotidiana y a vivir según las enseñanzas del Evangelio. Que siempre encontremos en ti un modelo de fe, esperanza y amor a Dios y al prójimo.
San Jorge, patrón de los soldados, caballeros y de todos los que están en peligro, ruega por nosotros.
Amén.