Virgen María, Nuestra Señora de los Siete Dolores,
Tú que compartiste el sufrimiento más intenso
de la pasión y crucifixión de tu amado Hijo, Jesús,
Nos dirigimos a ti en nuestro propio dolor
y en nuestros momentos de desesperación.
Al contemplar los dolores que sufriste,
encontramos aliento, fuerza y esperanza
para perseverar en nuestro propio camino de cruz.
Tú que fuiste testigo del inmenso amor de Dios
manifestado a través de los sufrimientos de tu Hijo,
Ayúdanos a ver la presencia de Dios en nuestros propios sufrimientos,
y a ofrecerlos con un corazón abierto y confiado.
Nuestra Señora de los Siete Dolores,
Intercede por nosotros con tu Hijo,
para que encontremos consuelo, sanación y paz
en las pruebas y dolores de la vida.
Que tu ejemplo de fe, esperanza y amor
nos guíe en nuestros momentos más oscuros,
y nos ayude a permanecer fieles a la voluntad de Dios,
como tú hiciste a lo largo de tu vida.
Te confiamos nuestros sufrimientos, nuestros miedos y nuestras dudas,
y te pedimos que se los presentes a Jesús,
para que Él los transforme en fuente de gracia y redención.
Nuestra Señora de los Siete Dolores, ruega por nosotros
y por todos los que sufren en este mundo,
para que encontremos consuelo en ti,
y seamos fortalecidos en nuestra fe y amor a Dios.
Amén.