El Cuarto Misterio Luminoso del Rosario, titulado "La Transfiguración de Jesús", es un acontecimiento central en la vida de Jesús, que revela su gloria divina a sus discípulos. Este episodio se relata en los Evangelios según Mateo (17,1-9), Marcos (9,2-10) y Lucas (9,28-36), y nos ofrece una visión profunda de la naturaleza divina de Jesús, así como de su misión redentora.
La Transfiguración de Jesús.
El acontecimiento de la Transfiguración
La Transfiguración tiene lugar en un monte alto, tradicionalmente identificado como el monte Tabor. Jesús lleva consigo a tres de sus discípulos más cercanos, Pedro, Santiago y Juan. Mientras están solos en la montaña, Jesús se transfigura delante de ellos: su rostro se vuelve radiante como el sol, y sus vestidos se vuelven de un blanco deslumbrante. Esta espectacular transformación es una manifestación visible de la gloria divina de Jesús.
La aparición de Moisés y Elías
Dos figuras centrales del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, aparecen junto a Jesús. Moisés representa la Ley, mientras que Elías representa a los Profetas. Su presencia junto a Jesús indica que toda la Ley y los Profetas encuentran su cumplimiento en él. Hablan con Jesús de su "partida" (o éxodo) que realizará en Jerusalén, refiriéndose a su pasión, muerte y resurrección.
Reacción de los discípulos
Los discípulos se asombran y asustan ante esta visión. Pedro, sin saber muy bien lo que dice, sugiere construir tres tiendas para Jesús, Moisés y Elías, deseando prolongar este momento extraordinario. Sin embargo, una nube luminosa los envuelve y se oye una voz: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia: ¡escúchenlo!"
El significado de la Transfiguración
La Transfiguración es rica en significado teológico y espiritual. Revela la divinidad de Jesús y confirma que es el Hijo amado del Padre, el Mesías esperado. La voz del Padre reitera la importancia de escuchar a Jesús, subrayando su autoridad divina y la importancia de sus enseñanzas.
Este acontecimiento también prepara a los discípulos para la pasión de Jesús. Al mostrarles un destello de su gloria divina, Jesús les da fuerza y esperanza para afrontar las pruebas que se avecinan. La Transfiguración es un anticipo de la resurrección y de la gloria celestial, afirmando que el sufrimiento y la muerte de Jesús no son el final, sino que conducen a la victoria y a la gloria.
Lecciones espirituales: Al meditar en el misterio de la Transfiguración, se nos invita a contemplar la gloria de Jesús y a renovar nuestra fe en su divinidad. Este acontecimiento nos llama a escuchar y seguir a Jesús con renovada confianza, reconociendo su autoridad y su papel central en nuestra salvación.
La Transfiguración nos recuerda también que el sufrimiento y la gloria están unidos en la vida cristiana. Así como Jesús tuvo que pasar por la cruz para entrar en la gloria, también nosotros estamos llamados a llevar nuestra cruz con fe y esperanza, sabiendo que nos espera la gloria de la resurrección.
La actualidad de la Transfiguración: este misterio luminoso sigue siendo actual para los creyentes de hoy. Nos anima a buscar momentos de oración y contemplación, "altas montañas" espirituales donde encontrar la presencia de Dios y ser transformados por su gracia. También nos llama a dar testimonio de la gloria de Jesús en nuestra vida cotidiana, viviendo según sus enseñanzas y manifestando su amor y su luz al mundo.
Al contemplar este misterio, pidamos a Dios que nos conceda la gracia de ver la gloria de Jesús en nuestras vidas y nos transforme a su imagen, para que podamos ser testigos fieles de su amor y de su verdad en el mundo.
La Transfiguración de Jesús es un misterio de gran actualidad.