Nuestra Señora de los Siete Dolores es una devoción mariana que se centra en el sufrimiento y el dolor que padeció la Virgen María a lo largo de su vida, especialmente durante la pasión y crucifixión de su hijo Jesús.
Los siete dolores de María, como se reconocen tradicionalmente, son: La profecía de Simeón sobre Jesús (Lucas 2:34-35) La huida a Egipto La pérdida de Jesús a los doce años en el Templo El encuentro con Jesús camino del Calvario La crucifixión y muerte de Jesús La bajada de Jesús de la cruz La sepultura de Jesús Cada uno de estos dolores refleja la profunda unión de María con el sufrimiento de su hijo y su papel único en el plan de Dios para la salvación de la humanidad. Su fe inquebrantable, su valentía y su determinación para permanecer fiel a la voluntad de Dios, incluso en los momentos más dolorosos, la convierten en un modelo de fe y resistencia para todos los cristianos La devoción a Nuestra Señora de los Siete Dolores nos invita a meditar sobre el sufrimiento redentor de Jesús y la compasión maternal de María. Ella nos recuerda que el sufrimiento, cuando se une al de Cristo, puede convertirse en un camino de purificación, conversión y redención. María nos muestra cómo abrazar nuestros propios sufrimientos con fe y esperanza, ofreciéndolos a Dios por el bien de la Iglesia y del mundo. En conclusión, Nuestra Señora de los Siete Dolores nos invita a contemplar el poder del amor divino que transforma el sufrimiento en un medio de gracia y salvación. Nos anima a permanecer unidos a María en nuestras pruebas, a buscar su intercesión y a encontrar consuelo y fortaleza en su compasión maternal. La Virgen de los Siete Dolores nos invita a contemplar el poder del amor divino que transforma el sufrimiento en medio de gracia y salvación.